A Curtidoría ha sobrepasado ya los quince años de existencia. Por eso, quizás algunos no recordéis ya que nuestras instalaciones en pleno casco histórico de Santiago eran con anterioridad la sede de Curtidos Compostela. El comercio de la Zona Vella ha sufrido muchos cambios en los últimos tiempos, al igual que la ciudad. De hecho, ni siquiera muchos de sus propios habitantes saben que el pasado de Compostela estuvo marcado por la producción artesanal de chocolate, gaseosas y, sobre todo, de curtidos.

Cuando en 2004 convertimos este establecimiento tradicional en nuestro restaurante intentamos preservar su esencia lo máximo posible. Por ello, conservamos los elementos de la obra de Pereiro Caeiro y respetamos el estilo del edificio, datado en 1825. Además, decidimos bautizar nuestro proyecto como A Curtidoría porque aquí, en la intersección entre las rúas Xelmírez y Conga, se respiró durante muchos años el olor al cuero que procesaba y vendía Curtidos Compostela.

Santiago, referente en el sector de curtidos

Entre los siglos XVIII y XIX, en Santiago se establecieron un buen número de curtidurías que convirtieron la ciudad en todo un referente en la fabricación y el comercio de pieles. Tanto es así que en el año 1841 se contabilizaban en la ciudad un total de catorce curtidorías, que sostenían a un gran número de familias. La propiedad de las fábricas solía ser familiar, si bien también se podía acceder a esta industria a través de la inversión de capital, una fórmula reservada a personas con alta capacidad adquisitiva como funcionariado, cargos eclesiásticos o pequeña nobleza.

Paseo fluvial por el río Sarela

La mayoría de las curtidurías se alimentaban de las augas del río Sarela. Un paseo fluvial que durante más de siete kilómetros discurre entre A Peregrina y el lugar de Amañecida (Vidán) nos permite hoy en día encontrarnos en sus márgenes con antiguas fábricas tanto en ruinas como rehabilitadas, convertidas, por ejemplo, en complejo residencial (Carme de Abaixo) o en el Centro Nacional de Formación en materia de Rehabilitación (Pontepedriña de Arriba). Asimismo, nos llamarán la atención el gran número de lavaderos y piedras de lavar que hallaremos por el camino, pues era esta zona de la ciudad la de mayor actividad de las lavanderas.

Ven a visitarnos a un restaurante con historia y disfruta de nuestra cocina atlánticamente mediterránea. Desde donde estamos, en el corazón del casco histórico compostelano, podrás acceder fácilmente a la senda fluvial del Sarela a través de la rúa Hortas, una de las más bonitas de la ciudad.