Hoy es el Día Nacional de los Celíacos. Y desde el Grupo A Curtidoría queremos poner nuestro granito de arena, acercándoos más al mundo de la celiaquía. Hablamos con el gerente del grupo, Borja Portals, que nos cuenta el protocolo que se lleva a cabo desde el momento que entra un celíaco por la puerta de su restaurante.

Hace ya 10 años que A Curtidoría se embarcó en el mundo de la cocina gluten free y de hecho lo hizo de una forma casual «todo esto surge cuando por primera vez entra un celíaco por la puerta y nos comenta su problema. Él mismo nos dio cuatro directrices que teníamos que tener en cuenta y le improvisamos unos platos«, nos relata Borja. «Sinceramente, nosotros en aquel entonces no sabíamos lo que era la celiaquía«, reconoce.

Desde la entrada de aquel cliente, Borja sabía que era un mundo al que quería conocer y por eso se puso en contacto con la Asociación Gallega de Celíacos que le impartió unas clases a todo el personal del restaurante porque es muy importante que todos los trabajadores sean conscientes que hacer comida para celíacos es una gran responsabilidad.

Pronto Borja se puso manos a la obra y compró el menaje necesario para la elaboración, manipulación y servicio de este tipo de clientela porque hay que tener mucho cuidado con la contaminación cruzada. «Cada vez que entra un cliente celíacos por la puerta activamos, ya de forma natural porque estamos muy acostumbrados a este tipo de comensales, una especie de protocolo que comienza con el lavado de manos de los cocineros con unos jabones especiales«. Y es que a la hora de atender a los celíacos, el procedimiento ya comienza desde que se recibe la materia prima hasta el consumo del producto final, así como desde la reserva hasta la salida del cliente del local.

En A Curtidoría adaptamos todos los menús a los celíacos intentado que «la textura ni el sabor cambien«, nos asegura Borja. También tenemos una carta exclusiva para ellos así como el pan o la pasta o la carta de vinos y cervezas adaptadas para ellos.

Y en cuanto a los precios, aspecto que preocupa mucho a los que sufren esta intolerancia al gluten, debido a la desorbitada diferencia con respecto a los productos con o sin gluten, en A Curtidoría los precios no varían dependiendo de si sean o no platos gluten free; «si bien es cierto que los productos son más caros por el procesamiento de este tipo de comida, que es más laborioso, nosotros no subimos los precios a nuestros platos«, nos asegura Borja Portals.

El gerente del Grupo A Curtidoría anima a sus colegas de profesión a que se animen a descubrir este mercado que, aunque al principio pueda parecer complicado «finalmente es igual de difícil cocinar para una persona sin ningún tipo de intolerancia» y es que no debemos olvidar que este tipo de personas un hecho tan cotidiano como es el de comer fuera de casa se convierte en una odisea; por lo que es importante ofrecerle una oferta más amplia porque al final «se terminan cansando de comer siempre en el mismo sitio«.